Cómo se relaciona la gracia con la naturaleza del hombre

¿Y qué frutos da esa gracia concedida por Dios? Esta gracia produce la santificación dada por el espíritu Santo y la transfiguración del universo, es decir, no sólo es interior sino que se extiende también a toda la creación de Dios.
Otro tema fundamental en la Teología es como se relaciona la naturaleza del hombre y la gracia. Mertens hace una estudio de teólogos actuales que se han esforzado por encontrar una salida que, en línea con la Tradición de la Iglesia, estén en consonancia con el pensamiento y el lenguaje del hombre de hoy para explicar la relación entre naturaleza y la gracia, y así presenta las tesis de Blondel, Guardini, De Lubac, Rahner, Teilhar o Boff para terminar concluyendo:
“Hablar hoy sobre la gracia es hablar sobre la relación entre Dios y la humanidad en el contexto de la vida concreta y abarcando todos los aspectos de la existencia humana. La teología actual propugna un humanismo abierto y orientado hacia Dios”.




Cuando hablamos de la liberación de los hombres, se piensa siempre que el mal se hace de uno a otros, y la liberación es sólo a los que se les hace el mal. Montmann habla de la liberación de la caída desde un punto de vista de ambos lados de la opresión para llegar a la liberación. Para el la opresión presenta siempre dos caras: por un lado, está el señor, el explotador; por el otro, el esclavo, la victima. Ambas partes son rechazables porque según el autor el opresor es inhumano; el oprimido es deshumanizado y ambas posturas destrozan a la humanidad La opresión destroza la humanidad en los dos lados, pero de distinta forma: a través del mal , por un lado; a través del sufrimiento, por el otro. Por este motivo Montmann afirma que el proceso de liberación deba emprenderse en ambos lados: liberar a los oprimidos del sufrimiento de la opresión ha de ir unido a la liberación de los opresores del pecado de opresión. Si no se libera al hombre en los dos sentidos, no hay liberación para la libertad.
La liberación de los opresores es necesaria: el señor debe morir, para que el hermano pueda nacer.
Entre los fenómenos de opresión está el racismo, el sexismo, el capitalismo, y en la raíz de ellos está el miedo, la necesidad de autoafirmación.
Siguiendo con la doctrina cristiana del pecado original se descubren cuatro dimensiones:
1º el hombre es pecador.
2º el pecado es una coacción, una esclavitud de la voluntad.
3º la existencia fallida es universal.
4º la doctrina del mal como pecado es una doctrina de esperanza.
El pecado no es el destino del hombre, sino su historia, se puede superar. Moltmann, en su estudio anteriormente citado, lo define como un amor malogrado a Dios.
Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, si el hombre ha sido creado para alcanzar la felicidad en Dios, y se ha visto privado de ese amor por el pecado, ese amor malogrado se convierte en miedo y ese miedo hace que sea opresor ante los otros. Esta dimensión religiosa de la opresión debe ser captada en esas manifestaciones de la humanidad.
Durante toda la trayectoria del hombre y en el momento actual, se ha entendido la libertad como dominio, libre versus esclavo. Es decir, ser libre supone oprimir al otro, Con esta concepción de la libertad se habla sólo de individuos, estamos ante una no libertad. La verdadera libertad, está en la comunidad abierta sin miedo, cuando es liberación para la libertad y no para el señorío.
Siguiendo esta idea de liberación Ellacuria pone en íntima relación la salvación cristiana y la liberación historia.

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