Diferencia del concepto de pecado en el AT y NT

El concepto de pecado es diferente en el AT del que se postula en el NT, ya que debido a la redención de Cristo no debería existir. Esto no quiere decir que el cristiano no pueda cometer pecados, sino que la salvación realizada en Cristo había liberado al hombre por medio de la gracia del reino del pecado y de este mundo que culminaría en la economía divina. Pero el cristiano sigue en el mundo y peca traicionando el propio concepto de ser cristiano, la entrega total, y entonces es necesaria la gracia divina para recuperar su unión con él. Hoy, el cristiano ha olvidado qué es el pecado, se ha perdido este sentido de enfrentamiento a Dios.
Maldame explica que la noción de pecado no se reduce a la moral de los mandamientos, sino que está ligada a la noción de revelación, a la presencia de Dios que ofrece su amistad. En el relato canónico este pecado es odio a Dios, es una desobediencia formal, porque el hombre fue creado libre y elige enfrentarse a El.
Dios ha dado al hombre el poder de obedecer y de desobedecer. Le ha dado una libertad plena porque ha respetado la voluntad del hombre para no coartar su libertad de acción. Lo ha hecho libre.



La teología racional destaca, no obstante, que el pecado contra Dios no pudo consistir en una prohibición ingenua porque el hombre por relación con Dios implicaba una sabiduría y una ciencia del bien y del mal. La desobediencia sólo es simplista en el mito, aunque el mito deja bien claro que con el pecado se rompe la relación del hombre con Dios. Esta noción es teológica y, por tanto, escapa al uso de la antropología física, la genética o la paleontología.
En el plano antropológico, el relato del pecado original nos deja ver la solidaridad de las generaciones en la transmisión de la vida y de la riqueza de la vida. Este relato da paso a "Cristo con su muerte destruyo la muerte y nos dio la vida" para que los hijos en el hijo, clamemos en el espíritu ¡Padre!