El hombre creado a imagen de Dios

El hombre creado a imagen y semejanza de Dios

El hombre ha sido creado por Dios, pero aunque esto sea fundamental para la antropología teológica, no es su elemento específico porque toda la realidad se encuentra en las misma condición. Todo lo que existe ha sido creado por Dios. ¿Que es lo que distingue al hombre de los animales, de los mares, del cielo, de las plantas, de todo lo existente? Que Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza.

En el Gén 1, 26-27 indica que el hombre está creado a imagen y semejanza de Dios
El hombre aparece en el relato como coronamiento de todo lo creado y Dios expresa su aprobación diciendo “muy bueno”.
Lo crea como un ser que es capaz de dialogar con el, de entrar en una relación personal y lo hace cooperador, tiene que trabajar cooperando con Dios para que la perfección del mundo se complete y sea custodiada.

En el NT la superioridad del hombre está en relación con el tema de la imagen (Mt 6,,26-30; Lc 12,24-28; I Cor 9,9-10 etc.). La imagen de Dios en el hombre significa aquella semejanza con Dios que Cristo restaura en el hombre unido a él por la fe y el bautismo; esta imagen aumenta por medio de la vida vivida en unión con Cristo y llega a su plenitud definitiva con la salvación escatológica.

Los Padres tienen a explicar la imagen con las categorías de la filosofía helenista, presentándola como una semejanza con Dios propia del hombre, que ha sido impresa por Dios y que hace a Dios presente en el hombre. Y así hablan de virtud, sabiduría, como brillo del universo, etc. San Agustín habla de la imagen de la trinidad esculpida en la estructura psicológica del hombre. Santo Tomás la encuentra en el alma y se hace más perfecta por la gracia y perfectísima por la gloria.

El Concio Vaticano II abandona estos esquemas y coloca esta doctrina como fundamento de la antropología expuesta en GS, sobre todo en el n 12.

La imagen se fija en la creación por Dios con capacidad para conocer y amar a su creador y esta capacidad se inserta en la historia de la salvación, porque se dice que quedó disminuida por el pecado y restituida por Cristo como capacidad para cumplir con la nueva ley del amor.
La perfección de la imagen resplandece en Cristo y se encuentra de algún modo en cada uno de los hombres. Si en Cristo, Dios se ha hecho verdaderamente hombre, lo ha hecho, desde luego, respetando la naturaleza humana. No hay que temer, por tanto, someter los datos de la fe cristiana , al examen de las ciencias antropológicas, como la filosofía, la sociología o la psicología.




La verdadera naturaleza de la imagen de Dios se presenta como una realidad dinámica que se da en el hombre terreno en germen, sin llegar jamás a su pleno desarrollo antes de la gloria final.
El decir que la imagen de Dios se presenta como una realidad dinámica implica que se ve sujeta a la historia, es decir, que se va construyendo progresivamente en el tiempo. Esto no quiere decir que no exista desde el comienzo de su desarrollo, en el niño recién nacido pero se conviente en imagen en otro sentido cuando es bautizado y más todavía cuando al llegar en su vida moral, acepta con su opción personal vivir como discípulo de Cristo La preocupación por la historia entendida como un aspecto de toda existencia es un signo de los tiempos. Es indispensable para comprender el fenómeno humano bajo el aspecto económico, cultural, sociologíaco,etc. Por este motivo la teología no puede ignorar este signo de los tiempos y debe reflexionar el tema de la imagen dentro e la historicidad.

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