Los filósofos de la sospecha

Así aparecen pensadores como Feuerbach para el que el hombre es Dios: “El hombre es un ser de deseos ilimitados que necesita ver saciados de alguna manera. Al comprobar la propia incapacidad, proyecta sus ansias de infinitud en un ser exterior, en Dios, que viene a ser un producto de la vida humana. El hombre se adoró a sí mismo sin saberlo. Urge, pus, recomponer esta anomalía histórica, devolviendo al hombre sus atributos divinos. El hombre es el ser supremo de la creación” ; o Marx cunado habla de alienación religiosa expone : “El fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre. Para el, el hombre no es un ser abstracto, agazapado fuera del mundo. El hombre es el mundo de los hombre, el Estado, la sociedad;.
Freud intenta poner al descubrimiento lo que es el hombre en profundidad, analizando las fuerzas instintivas y oscuras que condicionan sus decisiones, hablando de las tres estructuras que integran la personalidad humana: el ello, el yo y el super-yo, apartándose totalmente de la idea de que el hombre es se racional y libre.
En el siglo XX la nueva filosofía reclama la atención preferentemente sobre la existencia del sujeto humano, al hombre cotidiano, que sufre, que busca, que proyecta.. Las dos guerras mundiales han tenido mucho que ver con este cambio de concepción sobre el hombre. En los años 30 surgieron filosofías de la existencia como las de Heidegger y Jasper que consideran al hombre como un hombre concreto, como un ser de posibilidades, abierto al mundo, libre angustiado. Se llega a decir con Hobbes:: “... el hombre es lobo para el hombre...”.
Pero sobre todo el existencialismo con autores como Sartre que lo define como una pasión inútil, donde no hay horizonte, que considera la filosofía como ateismo. Por lo que en su pensamiento asume las consecuencias de la negación de dios, el hombre es nada, el mundo es una nada, la vida es una nausea y dios es culpable de la nausea. O bien Camus que afirma: “ se percibe la realidad del hombre como un desterrado, un extranjero, débil, e impotente para salir de su ergástulo, avocado siempre al absurdo” o este mismo autor, años más tarde en La caída, duda y ahonda en sus profundidades humanas y atisba alguna luz, aunque no se declara creyente. También en el siglo XX, junto a este existencialismo ateo, aparece autores que se incluyen dentro del existencialismo cristiano como Karl Jaspers para el que el hombre es trascendente, el mundo es el medio para trascender, la vida es continuo salir hacia loes demás y dios es el fin de la trascendencia o Gabriel Marcel con un concepto de la filosofía como un encuentro, el hombre es un yo y tu, el mundo un reto, la vida es una oportunidad y el dios, el tu del encuentro definitivo.

Dentro de la corriente sociológica Durkeim lo analiza como: hombre solamente en cuanto que es civil. Siguiendo esta línea de pensamiento encontramos a Unamuno que aborda al hombre concreto, de carne y hueso, como el sujeto y el supremo objeto a la vez de toda filosofía, quiéranlo o no sedicentes filósofos...
Scheller se plantea preguntas que todos los hombres se han hecho a lo largo de la historia:” ¿Por qué hay un mundo?¿ por qué y cómo existo yo? Repárese en la rigurosa necesidad esencial de esta conexión, que existe entre la conciencia del mundo y la conciencia formal de Dios en el hombre. En esta conciencia de Dios es concebido sólo como un ser existente por sí mismo, previsto con el predicado de santo y que puede tener naturalmente las afectividades más numerosas y matizadas”




Y Nietzsche que presenta al superhombre“¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de dominio, el dominio mismo en el hombre. ¿Qué es lo malo? Todo lo que viene de la debilidad... No la conformidad y resignación, sino más poder; no paz sino guerra; no virtud sino destreza (virtud en el sentido renacentista, virtud, virtud sin escrúpulos estéticos). Los débiles y los fracasados deben perecer; primer principio de nuestro amor a los hombres. Ya hay que ayudarles a ello. ¿Qué es más perjudicial que cualquier vicio? La obra de misericordia con toda suerte de desgraciados y débiles, el cristianismo”.

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