¿Qué es un programa de diversificación curricular?

INTRODUCCIÓN
El conjunto de la enseñanza obligatoria que el nuevo sistema educativo establece, persigue dos finalidades fundamentales: ofrecer una formación básica común mediante un modelo educativo eminentemente comprensivo, y crear las condiciones que hagan posible una enseñanza personalizada que tenga en cuenta las peculiaridades de cada estudiante y se adapte a ellas.
Esta comprensividad y enseñanza personalizada, establecen el equilibrio necesario entre el objetivo de proporcionar una cultura común, a la que debe tener acceso todo ciudadano, y el respeto por las indiscutibles diferencias de intereses, motivaciones y capacidades que presentan los alumnos, especialmente en las edades correspondientes a la etapa secundaria, período que coincide con la adolescencia, en la que esas diferencias se hacen más importantes.
Es necesario tener en cuenta en relación con el principio de comprensividad, el principio de atención a la diversidad, como expresión de un modelo de enseñanza personalizada y, por tanto adaptativas.
Esta enseñanza hemos de entenderla como un conjunto de intervenciones educativas que, desde una oferta curricular básicamente común, ofrecen respuestas diferenciadas, es decir, ajustadas a las características individuales de los alumnos y alumnas.
Si la comprensividad de la educación obligatoria pretende garantizar una formación básica común a todos los ciudadanos, no basta con establecer, con carácter prescriptivo, un currículo general, tal como se ha concretado en el correspondiente Real Decreto 1345/1991 de 6 de Septiembre, sino que es preciso también adoptar medidas que hagan efectiva la adquisición de dicha formación básica, dando respuesta a los problemas o dificultades de aprendizaje que puedan presentar los alumnos a lo largo de la escolaridad.
Una de esas medidas, junto con otras adaptaciones curriculares etc., es la diversificación curricular, como último recurso, dentro del marco de la Educación Secundaria Obligatoria, para que determinados alumnos completen esa etapa en las condiciones más favorables y más ajustadas a sus características individuales.
A su vez, para lograr el objetivo de una enseñanza comprensiva, resulta imprescindible articular dicha comprensividad con el carácter adaptativo del currículo, introduciendo esa dimensión que permite atender a la diversidad de los alumnos y alumnas, especialmente en la etapa de la Educación Secundaria Obligatoria. De ahí que la nueva ordenación educativa plantee un currículo flexible y abierto que ha de ir concretándose en diferentes instancias.

Este carácter flexible del currículo sienta las bases para hacer diversificaciones del mismo, mediante el desarrollo de programas que, sin renunciar al logro de los objetivos generales perseguidos por la educación obligatoria, atiendan las dificultades de aprendizaje que puedan presentar determinados alumnos, de tal manera que se les ofrezca la respuesta educativa más adaptada a sus necesidades y, en consecuencia, más personalizada y más compensadora de las carencias que, por unas y otras causas puedan tener en un momento determinado o de forma más permanente.
Asimismo la diversificación curricular hay que entenderla como una expresión concreta, aunque excepcional, de un currículo abierto.

LA DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA

¿QUÉ ES?
Es una medida excepcional que consiste en adaptar globalmente el currículo de E.S.O. a las necesidades individuales de determinados alumnos, con una organización distinta a la establecida con carácter general, que ha de atender a las capacidades generales recogidas en los objetivos de le Etapa y a los contenidos esenciales del conjunto de las áreas.

¿QUÉ PRETENDE?
Dar respuesta a la diversidad de necesidades educativas, cuando otras medidas no han sido suficientes. Su finalidad es poner al alcance del alumnado que lo precise la consecución de los objetivos de la ESO y, por lo tanto, la obtención del título de Graduado en Educación Secundaria, mediante una metodología específica, con contenidos y áreas diferentes, adaptados a sus características y necesidades.

¿CUÁNDO PONERLA EN PRÁCTICA?
Una vez que los ajustes o adaptaciones curriculares que se pueden ir adoptando a lo largo del proceso educativo, tanto a nivel de Centro (Proyecto Curricular) como a nivel de aula (Programación) y a nivel individual, no hayan dado los frutos pretendidos y por tanto, ciertos alumnos para terminar la etapa no hayan alcanzado los objetivos generales de la misma, ni estén en disposición de alcanzarlos a través del currículo ordinario, bien por haber agotado sus posibilidades de permanencia en un mismo Ciclo o Curso o porque sus dificultades de aprendizaje los mantenga muy alejados de tales objetivos y no quepa esperar que superen esa distancia sin tomar medidas especiales.

PRINCIPIOS METODOLÓGICOS.
Los principios metodológicos de la E.S.O., destacan la necesidad de garantizar la funcionalidad de los aprendizajes en el proceso de enseñanza, asegurando que dichos aprendizajes puedan ser utilizados en las circunstancias reales en que el alumno los necesite.
En los programas de diversificación este principio debe ser el que en mayor medida determine el currículo que se establezca.
Por aprendizaje funcional se entiende no sólo la aplicación práctica del conocimiento adquirido, sino también el hecho de que los contenidos sean útiles para llevar a cabo otros aprendizajes y actuaciones que estén en conexión con la vida real del alumnado.
De especial importancia para el tratamiento de la diversidad es la construcción de aprendizajes significativos.
En primer lugar porque supone partir del nivel de desarrollo del alumnado y de sus conocimientos previos, para poder ajustar la respuesta educativa a la situación de partida de los mismos.
En segundo lugar porque pretende asegurar la construcción de los aprendizajes mediante el establecimiento de relaciones entre los conocimientos y experiencias previas de los alumnos y los nuevos contenidos, favoreciendo una asimilación activa de los mismos y propiciando la funcionalidad de lo aprendido, es decir, su utilización en circunstancias reales cuando el alumno lo necesite.
Y, por último, porque persigue que los alumnos realicen los aprendizajes por sí solos o, lo que es lo mismo, que sean capaces de aprender a aprender, de acceder a nuevos conocimientos con un grado de autonomía creciente.
Igualmente la preocupación por reforzar los aspectos prácticos, a los que se les ha venido otorgando un espacio muy reducido y marginal en el currículo escolar, incorpora una dimensión pre -profesionalizadora al conjunto de las áreas que no sólo aproxima la formación básica al mundo del trabajo, sino que también introduce un elemento compensador del excesivo academicismo, favoreciendo una educación más integral.
Es preciso determinar claramente los contenidos nucleares o fundamentales del currículo, entendiendo por tales los que resultan imprescindibles para aprendizajes posteriores, así como aquellos que contribuyen al desarrollo de capacidades generales (comprensión y expresión, resolución de problemas, búsqueda y selección de información, etc.), o bien poseen una gran funcionalidad.
Asimismo la selección de contenidos fundamentales debe ir acompañada de una reflexión sobre su grado de dificultad, con el fin de prevenir problemas de aprendizaje prestando mayor atención a los que sean más complejos.




ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS.
Actividades de aprendizaje variadas, que permitan distintas modalidades o vías de acceso a los contenidos, así como la posibilidad de elección entre ellas y que presenten distintos grados de dificultad.
Materiales didácticos diversos, es decir, más o menos centrados en aspectos prácticos ligados a los contenidos, etc. en cualquier caso los materiales deben incluir una amplia gama de actividades didácticas que respondan a distintos grados de aprendizajes.
Distintas formas de agrupamiento de alumnos, ligadas a una organización flexible
De espacio y del tiempo, de manera que permita combinar el trabajo individual con el trabajo en pequeños grupos y con las actividades de todo el grupo.
Se prestará especial atención a los problemas que se presenten en relación con la autoestima y el equilibrio personal y afectivo de los alumnos/as.
El profesor procurará que el estudiante afronte su labor con criterios más personales y tenderá a mostrarle confianza, creando ocasiones aptas para que las pueda resolver, valorando el esfuerzo empleado en lograr sus propósitos. De este modo, los alumnos/as se sentirán impulsados a continuar y confiarán en obtener nuevos progresos.

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