Secularismo
Esto está pasando en toda la civilización occidental. El secularismo es a la secularización lo que el cientificismo a la cientificidad y el racionalismo a la racionalidad.
La secularización presenta muchas caras según los campos en los que se manifiesta: la teología, la ciencia, la ética, la hermenéutica bíblica, la cultura en general. Se ha perdido la idea de eternidad. Se vive el presente y para el presente. Se celebran bodas y funerales laicos porque Dios está separado de la vida del hombre
La COMECE, Comisión del Episcopado de la Comunidad Europea, en la reunión celebrada el 26 de noviembre de 2010, en Bruselas, manifestó la preocupación por el auge de los movimientos populistas, porque este movimiento tiende a debilitar la cohesión social y la solidaridad. “Este fenómeno es muy complejo: conoce manifestaciones variadas, que van desde ciertas formas de regionalismo al nacionalismo e incluso el extremismo; toca la izquierda y la derecha del espectro político”. Este movimiento es incompatible con la vocación universal de la iglesia, porque divide a la sociedades, discriminando a los más débiles.
Así mismo
comunicaron que no se trata de involucrarse en un combate cultural o ideológico, sino más bien de reafirmar los principios en los que se basa todo: la dignidad inalienable de todo ser humano, como persona amada y querida por Dios, y el bien común, que nos llama todavía y siempre a mostrar solidaridad y amor a nuestro prójimo.
Este proceso de secularización, estas tendencias que han aparecido en la sociedad occidental en las últimas décadas, tienen como consecuencia un pluralismo y con ello la relativación de las ideas, de los comportamiento y de las doctrinas religiosas.
El hecho de que el cristianismo tenga que convivir con otras doctrina hace que tenga que ser más humilde y discernir cada vez sobre su propia fe, a no olvidar la trascendencia y no caer en la relativización. Tiene que mirar al mundo, dialogar con el mundo, a coexistir en él con todas las ideologías y movimientos actuales, sin olvidar su esencia.
La secularización presenta muchas caras según los campos en los que se manifiesta: la teología, la ciencia, la ética, la hermenéutica bíblica, la cultura en general. Se ha perdido la idea de eternidad. Se vive el presente y para el presente. Se celebran bodas y funerales laicos porque Dios está separado de la vida del hombre
La COMECE, Comisión del Episcopado de la Comunidad Europea, en la reunión celebrada el 26 de noviembre de 2010, en Bruselas, manifestó la preocupación por el auge de los movimientos populistas, porque este movimiento tiende a debilitar la cohesión social y la solidaridad. “Este fenómeno es muy complejo: conoce manifestaciones variadas, que van desde ciertas formas de regionalismo al nacionalismo e incluso el extremismo; toca la izquierda y la derecha del espectro político”. Este movimiento es incompatible con la vocación universal de la iglesia, porque divide a la sociedades, discriminando a los más débiles.
Así mismo
comunicaron que no se trata de involucrarse en un combate cultural o ideológico, sino más bien de reafirmar los principios en los que se basa todo: la dignidad inalienable de todo ser humano, como persona amada y querida por Dios, y el bien común, que nos llama todavía y siempre a mostrar solidaridad y amor a nuestro prójimo.
Este proceso de secularización, estas tendencias que han aparecido en la sociedad occidental en las últimas décadas, tienen como consecuencia un pluralismo y con ello la relativación de las ideas, de los comportamiento y de las doctrinas religiosas.
El hecho de que el cristianismo tenga que convivir con otras doctrina hace que tenga que ser más humilde y discernir cada vez sobre su propia fe, a no olvidar la trascendencia y no caer en la relativización. Tiene que mirar al mundo, dialogar con el mundo, a coexistir en él con todas las ideologías y movimientos actuales, sin olvidar su esencia.
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