Algunos teólogos actuales


Es interesante conocer algunos teólogos contemporáneos cuyas aportaciones han elevado a la Teología a verdadera ciencia en esta época. Inmediatamente a las fechas anteriores y posteriores al Concilio Vaticano II surge una pléyade de teólogos importantes cristianos, tanto católicos como protestantes, que depuraron ideas, a veces llevándolas al límite sin cruzar la línea marcada por el Magisterio y en otras ocasiones, no muy acordes con la postura eclesial.
La Teología está en auge si se mide por la cantidad de libros publicados. En los últimos años, tanto en revistas especializadas como en medios no especializados, aparecen constantemente temas relacionados con ella y con cuestiones religiosas.
Aún sabiendo que es imposible mencionarlos todos, varios han aparecido ya en la exposición anterior, se insistirá en algunos teólogos por la importancia para esta trayectoria entre las relaciones entre teología y filosofía. 
Aparecen teólogos de gran talla como Hans Urs von Balthasar, discípulo del teólogo católico Romano Guardini, conocedor de la filosofía de Kierkegaard, fundador junto con Henri de Lubac y Ratzinger de la revista Communio, quien defendió que la Iglesia no podía aparecer en el mundo moderno como una enemiga del mismo o una fortaleza cerrada, sino que su vocación trascendente tenía que llevarla a una apertura, asimilando los nuevos sistemas y dejándose interpelar para renovar los tesoros olvidados o aún no descubiertos, que contiene el depósito de la fe. La filosofía de Von Balthasar es una metafísica apta para la integración con la teología, una metafísica del ser, que se articula sobre la distinción real, la diferencia ontológica, los trascendentales y la analogía. 
También en esta línea de pensadores está Friedrich Schleiermacher, gran filósofo y teólogo que se refiere a la religión como una provincia del alma humana; no es una superestructura de la conciencia, sino algo constitutivo del ser humano porque, justamente consiste en esto, en esta especie de nostalgia de infinito. 
Entre los autores que intentan dar una salida teológica y filosófica al problema de la Ilustración está Hegel, quien se proyecta en grandes teólogos como Karl Barth, Karl Rahner, von Balthasar, o Pannenberg. 
Karl Barth, uno de los teólogos más trinitarios del siglo XX, sensible al llamado “socialismo religioso”, del que se decepciona, es una de la figuras más importantes de esta época; elabora junto a Kierkegard la teología dialéctica o teología de la crisis, defendiendo la separación absoluta entre el mundo y Dios, entre lo finito y lo infinito, la religión del "apartamiento", la distancia infranqueable por el hombre, entre lo temporal y lo eterno. Semejante distancia puede ser franqueada únicamente con el auxilio de Dios y por ello, la teología dialéctica no rechaza en el fondo la razón cuando reconoce que ésta procede de Dios mismo, el cual, como realidad superior e infinita, puede también hacer del hombre un ser que tiene la facultad de teologizar, de "decir de la divinidad". De ahí que la hipótesis esencial, el "axioma" de esta teología sea, como dice Karl Barth, la revelación, y de ahí también que la teología no pueda "justificarse a sí misma" o limitar "su campo" en un sentido análogo al de otras ciencias. Es el teólogo que encarna el arte de interrogar convirtiendo este método en su hábito de trabajo.
Henri de Lubac, teólogo empeñando en relacionar la teología con las ciencias, con la filosofía o la historia. Logró hacer una síntesis entre la teología agustiniana y la de Santo Tomás de Aquino. Realizó obras destinadas al diálogo con el ateismo contemporáneo y estudió del budismo. Este teólogo francés adquirió renombre mundial por sus constantes aportaciones al catolicismo, a las cuestiones del ateísmo moderno, de la Iglesia y de la exégesis. Sobretodo, sus investigaciones sobre el problema del Surnaturel suscitaron discusiones y críticas. Su preocupación por el estudio y la función apologética de la teología fundamental, marcan la pauta de sus investigaciones y aportaciones. Consideraba que no se podía ejercer la apologética desde el modo tradicional, el prisma filosófico o histórico, y con los supuestos ya adoptados. Trabaja duramente en ello con la meta de superar falsas distinciones, supliendo programas ineficaces por otros mejores y respetando relaciones existentes. Un punto de arranque de ello, fue impartir clases de Historia de la Religión en la facultad de Lyon: la confrontación con las religiones del mundo y con la misión, como era corriente en los años de 1930, de investigar la naturaleza y pretensiones del catolicismo.
Karl Rahner tiene una actitud fundamental de apertura a la cultura moderna y su consecuente esfuerzo por formular los contenidos fundamentales del cristianismo, en categorías filosóficas relevantes para sus contemporáneos, por considerar ello un desafío ineludible para la teología y para las ciencias del espíritu en general, a partir del vuelco antropológico acaecido y afianzado en el pensamiento filosófico de la modernidad. 
Gustavo Gutiérrez, teólogo, considerado como el iniciador de la llamada teología de la liberación, presenta su obra como una crítica del estado de pobreza y de esclavitud del pueblo latinoamericano y revaloriza teológicamente los esfuerzos de liberación que se llevan a cabo en aquel continente. En sus clases, incorporó los trabajos de filósofos, escritores y poetas como Camus, Marx, Arguedas y Vallejo, entre otros, con lo religioso para “examinar el significado de la existencia humana y la presencia de Dios en el mundo en que vivían mis estudiantes” Esta filosofía de no separar lo religioso del mundo exterior es evidente en sus obras escritas. 
Marie -Dominique Chenu quien partiendo de los estudios teológicos de Réginald Garrigou-Lagrange, y en un contexto claramente neo-escolástico, se distancia gradualmente de su maestro para acercarse a un tomismo abierto a la actualidad, a una teología para los problemas de hoy. 
Edward Schillebeeckx en el que influyen cuatro fuentes principales en su pensamiento teológico, la primera es básica y transversal, puesto que afecta al cimiento de su formación teológica: la teología de Tomás de Aquino; la segunda es de orden filosófico –epistemológico y reside en la filosofía fenomenológica aprendida junto al dominico De Petter; la tercera es la metodología histórica desde la que leer a Santo Tomás y, en general, a la Tradición cristiana, cultivada en París junto a Chenu y Congar y la cuarta es la hermenéutica, que le ofrecerá a Schillebeeckx la posibilidad de madurar su compresión de la teología como un diálogo crítico e interpretativo entre la experiencia pasada, que dio origen a la tradición, y la experiencia del presente. 
Jürgen Moltmann, el teólogo de la esperanza porque ha hecho de esta virtud la idea central de su teología. Un teólogo ecuménico que ha sabido dialogar con las principales corrientes contemporáneas de pensamiento (Bloch, Escuela de Frankfurt, filosofía judía, movimientos de liberación, ecologismo, etc.). Piensa en la dimensión pública de la teología ya que no es eclesial solamente sino que afecta a la totalidad de la realidad, teniendo que asumir el contexto plural en el que el mundo vive, y el diálogo como forma fundamental. Tiene una dimensión práctica y no puede encerrarse sino que tiene que ser abierta y propensa al diálogo.
Leonardo Boff fundador de la Teología de la liberación junto a Gustavo Gutiérrez, autor de más de sesenta libros sobre teología, espiritualidad, filosofía, antropología y mística. Ataca a la iglesia católica en el orden económico y a Benedicto XVI, defensor de las causas de derechos humanos. Su fuerte preparación filosófica y teológica, su defensa de los pobres, sus discursos sobre el cuidado de la naturaleza, le han dado gran popularidad.
Hans Küng, antiguo colega de Joseph Ratzinger en la Universidad de Tubinga, presenta los grandes desafíos de la sociedad actual: el entendimiento con los judíos, el diálogo con los musulmanes, la reconciliación con los pueblos nativos colonizados de latino- américa, la ayuda a los pueblos africanos en la lucha contra la superpoblación, el pleno diálogo con las ciencias, y acusa al Papa de relativizar los textos del Concilio Vaticano II e interpretarlos de manera retrógrada. 
Joseph Ratzinger, profesor universitario con gran formación filosófica, admirador de Heidegger y de Jasper, plenamente convencido de la necesidad de superar la neo-escolática que impide avanzar a la teología, la exigencia de abrirse a los nuevos lenguajes y preocuparse por los problemas concretos del hombre, mostraba a sus alumnos los pensadores que en aquel momento se consideraban avanzados, y que en aquella época incluso tuvieron problemas con la Jerarquía católica, como Yves Congar o Henri de Lubac, además de a los grandes autores protestantes como Karl Barth, Oscar Cullmann. Posteriormente, una vez elegido Papa, ha sido acusado de conservador.
Paul Tillich, teólogo existencialista, empeñado en crear puentes entre ambas ciencias y entre culturas y religión, creador del método “correlación”, para el que Dios es Ser-mismo o mejor, Existencia-misma.
Rudolf Bultmann, quien se basó en la filosofía de Heidegger para expresar de forma existencial los testimonios del Nuevo Testamento. Esta expresión se basa en una nueva comprensión de sí mismo a la que se puede acceder acogiendo, por una decisión existencial (que da a la vida un fundamento y un sentido nuevos), la Palabra definitiva (escatológica), de la que Jesús de Nazaret fue, en la historia, el primer portador. El hombre, liberado del apego a lo visible y de la preocupación por sí mismo y captado por la viva interpelación del Evangelio (kerigma), puede abrirse al amor y al porvenir. Con todo, para poder creer y dar este paso, es preciso comprender. De ahí la tarea del teólogo bíblico: liberar el núcleo irreductible del Evangelio del lenguaje cultural que lo hace inadmisible para el hombre contemporáneo. Desmitologizar, pues, se convierte en condición previa indispensable para evangelizar.
En el ámbito de la teología numerosos teólogos han trabajado para el avance de esta ciencia en su diálogo con la filosofía, pero quizás sea Karl Rahner quien más claramente acogerá este desafío de pensar en las condiciones de posibilidad humanas para abrirse y acoger comprensivamente la revelación de Dios.

Comentarios

  1. Muchas gracias al blog por enseñar la teológía que es tan importante para saber el camino y vida de Dios y así poder reflexionar sobre la nuestra.

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  2. Muchas gracias por compartir información de interés para el crecimiento en el conocimiento de nuestro Dios.

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