Dedicación de la familia a los hijos

Un valor que actualmente se ha ido olvidando es el valor del esfuerzo. Sin esfuerzo no hay aprendizaje, pero sin el desarrollo personal y emocional, no hay esfuerzo. Es necesaria una fuerza de voluntad fuerte, educada con afecto, con amor, pero a la vez con disciplina.



Estamos en una sociedad que cada vez disponemos de más tiempo libre, que ha reducido la jornada laboral, que dispone de fines de semana, siendo esto una conquista social que no puede dar marcha atrás. Disfrutamos de "tiempo de ocio."
Los niños, como anteriormente se ha manifestado, aprenden por imitación y así es necesario que los padres dediquen tiempo de descanso para realizar actividades. Si ese tiempo se dedica a estar ante la televisión, posiblemente nuestros hijos en ese tiempo libre hagan lo mismo y no busquen actividades creativas, o de diversión.
Es muy importante buscar algunas actividades en la que puedan disfrutar juntos los miembros de la familia y todos participen en la preparación de las actividades, siendo conveniente buscarlas variadas y de desarrollo cíclico. A través del dialogo, en este tiempo de diversión, de descanso, de estar juntos se puede educar en valores, con comentarios, con conductas, con ejemplos, con historias...
Encontrar tiempo para vivir los pequeños momentos con nuestros niños. A veces los padres se dedican a "ganar dinero" para que no les falte de nada y escatiman el tiempo de permanencia con ellos, sin llegar a conocer sus gustos, su manera de pensar, sus problemas. Educar no es darle todo lo material (mi hijo tiene de todo; yo me sacrifico para que no le falte de nada); educar a los hijos es saber, querer y poder transmitirle conocimientos, actitudes, valores y eso implica tiempo para ellos, es jugar, hablar, perder el tiempo, relacionarse, porque de esa forma se llega a conocerlos y a ayudarles.
¿Qué necesitan los niños?

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