Uso de la alegoria griega y los mitos en clave cristiana

El cristianismo, en contacto con la civilización griega, utiliza la alegoría e interpreta los mitos en clave cristiana. El uso de la alegoría como método de entender la Biblia, fue usado sobre todo en la Escuela de Alejandría y su filial de Cesarea, fundada por Panteno, maestro siciliano que se estableció en esa ciudad. En esta escuela se compuso la versión de la Biblia llamada de los Setenta, y allí vivía también Filón, el maestro judío que intentó realizar una síntesis entre la Escritura revelada y la filosofía griega. Este maestro abrió el camino de la exégesis alegórica a los cristianos. Hugo Rahner escribió en el siglo XX un libro que se inscribe en el espíritu de las Jornadas Eranos organizadas en Ascona, y fruto de sus aportaciones entre 1940 y 1945 a aquellas célebres tertulias, altamente influyentes, de pensadores eruditos comprometidos con el ansia de fomentar la dimensión espiritual del ser humano en el mundo moderno.
En la obra de Hugo Rahner queda plasmada la original cosmovisión simbólica de este autor, la cual llegó a caracterizarse como un "universalismo culminando en Cristo": una visión en la que el mundo y todas sus manifestaciones son ideados como símbolos del espíritu.



Las verdades universales que el ideario de la antigüedad griega con toda su riqueza en símbolos e imágenes revistió a sus mitos imperecederos, revelan su auténtico significado tan sólo al ser contemplados a la luz de las claves del cristianismo. En él se dedica al misterio, distinguiendo entre Misterio cristiano y los misterios cristianos, se ocupa del Misterio de la cruz, bien como Misterio cósmico o bíblico, y del misterio del bautismo, de la pascua y la navidad, de la sanación del alma, etc.
En toda la obra de Hugo Rahner se ve el distanciamiento del autor de las corrientes de la primera mitad del siglo XX en teología y se convierte en el redescubridor de la compresión del símbolo. Son múltiples las figuras mitológica que el jesuita traspone e interpreta con términos cristianos. Afirma que los Padres de la Iglesia mediante un trabajo exegético y hermenéutico leían y diseccionaban los textos fundacionales de la cultura griega y la cultura cristiana. Ranher presenta el gran misterio del cristianismo a través de los mitos griegos, viéndolos con los ojos de los primeros cristianos que convivieron en esta cultura y se socializaron en ella.
Los sabios griegos expresaron los hitos de su conducción de almas únicamente por medio de mitos que para las masas surtía el efecto de un velo encubridor que le fue arrebatado por los griegos cristianos. El mito se transformó en misterio. La interpretación cristiana de los mitos se convierte en un verdadero humanismo.
¿Cómo comprendieron y explicaron los primeros cristianos lo trasmitido por los Apóstoles?
Hugo Rahner explica el Misterio de la Cruz ¿Qué significaba para un cristiano de la antigüedad el Misterio de la Cruz? La decisión de salvación oculta en Dios que se manifiesta en Cristo crucificado, aparece como Misterio, Misterio cósmico a la vez que bíblico, como centro de la historia de la salvación, como centro del mundo, como madero de desgracia y salvación, como árbol de la vida, árbol del paraíso, como prototipo en el Antiguo Testamento, etc. La forma de la cruz es para los primeros cristianos el esquema básico que ha sido impreso en el cosmos por Dios, y aunque los símbolos del pez y de la cruz no son exclusivos de los cristianos porque aparecen en diversas culturas, se convierten en signos de identidad del cristianismo.
Esta idea estaba ya en Platón cuando afirma que en la intersección de las dos grandes circunferencias se manifiesta la sabiduría del mundo. Los Santos Padres insisten en cristianizar estos símbolos, y así, San Agustín afirmó que la religión verdadera existió desde el comienzo de la razón humana, y en todos los lugares y épocas hubo personas que vivieron de acuerdo con las leyes de la Jerusalén celeste y que esa verdad eterna revelada sólo empezó a llamarse cristiana, cuando Cristo vino en un cuerpo, pero ya existía. Todas las cosmogonías antiguas eran prefiguraciones proféticas del advenimiento de Cristo en Jesús, y por tanto, cristianizan el Misterio de la Cruz. En el signo visible de la Cruz está el Logos de Dios, que abarca el universo entero. Es el paradigma, la recapitulación de la obra de salvación de Dios. El Gólgota se convierte en el centro del cosmos, y todas las cosas y medidas del mundo visible reflejan el misterio de la cruz, es decir, su símbolo místico puede ser visto en todo el cosmos, en el cuerpo humano con los brazos abiertos, en el arado, en la barca con la vela, como el mástil del barco de Ulises. También esta idea está representada en el arte paleocristiano. El Misterio de la Cruz significa para los antiguos cristianos el triunfo de los misterios cristianos. Se contrapone la Cruz a Helios, el dios supremo de todos los misterios, es el verdadero Orfeo, que salió de las profundidades del Hades, es decir, los antiguos cristianos, educados en las mismas escuelas que los paganos, conocen la mitología y utilizándola, dan nuevos símbolos al Misterio de la Cruz.
Pero la Cruz es también un misterio bíblico. Una de las premisas de la Teología del símbolo es que todo lo reveló Dios en el Antiguo Testamento, ya que la Antigua Alianza contiene todo el misterio del Logos. Así vemos como interpreta el velo del templo rasgado, cuando se revela el misterio de Dios, cerrándose de nuevo hasta el final de los tiempos. Todo madero del AT es símbolo de la Cruz, el Arca de Noé, la vara de Moisés, el madero del árbol de la vida en el paraíso. Este árbol del paraíso representa la sabiduría de Dios, y entre la creación y la salvación final, está la cruz.
El cristianismo, dentro de su evolución en la cuenca mediterránea, tomó posición frente a la piedad del sol de los pueblos a los que se sentía enviado. Se produjeron distintas actitudes frente a esa piedad, en primer lugar de rechazo, para después absorberla, modificarla y transformarla. En la teología primitiva cristiana se consideró los ritos de culto al sol como una preparación evangélica de culto a Cristo.
El primer encuentro fue de destronamiento de Helios, significando devolver la mística y el simbolismo al hombre concreto e históricamente visible, Jesucristo. Jesús de Nazaret es el sol de justicia, la salida desde lo alto.
La teología no consideró desestimar el espíritu precristiano existente en esos ritos paganos, ya que considera que Dios esparció semillas de verdad y en todo está parte de esa verdad.
Hay que diferenciar entre las convicciones dogmáticas siempre iguales, que el cristianismo aporta al mundo helénico, de las palabras, las imágenes y los símbolos que el cristiano adopta del legado griego para expresar estas verdades.

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