Concepto de educación afectivo sexual

CONCEPTO DE EDUCACIÓN AFECTIVO SEXUAL
La salud se ha definido tradicionalmente como la ausencia de enfermedad, pero desde 1948 la Organización Mundial de la Salud la define como: “ Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo como la mera ausencia de enfermedad o dolencia” Posteriormente en 1976, en el Congreso de Medicina y Biología celebrado en Perpiñán, se define la salud : “ Una manera de vivir más autónoma, solidaria y feliz”
A medida que hemos avanzado en los conocimientos científicos sobre la sexualidad, hemos podido apreciar como esta dimensión es muy importante para el bienestar y la salud de las personas, y por lo tanto, con la calidad de vida.
En 1975, La Organización Mundial de la Salud define la salud sexual como: “La integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser humano, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor”
Boix, (1976) afirma: “Se puede entender la educación sexual como el conjunto de aprendizajes que permitan un buen desarrollo de las capacidades sexuales, su coordinación con otras facultades y la consecución de una buena interrelación con otras personas que resulten estimulantes por su condición sexuada y sexual, alcanzando altos niveles de espontaneidad y comunicación, y también de respeto y estima”
Melendo (1986) escribe: “La educación sexual debe orientar la afectividad; la necesidad de seguridad afectiva, de amar y ser amado, la seguridad de sentirse útil y convencerse de su propio valor, tiene que tener una respuesta satisfactoria en el niño desde que nace, incluso desde su concepción; de tal manera que, si estos aspectos de la afectividad se descuidan en el proceso de maduración del niño y del adolescente, su vida sexual adulta adolecerá de estos fallos. Es fácil entender que, si un niño no se siente querido difícilmente va a poder dar; y la capacidad de dar y darse es fundamental en el desarrollo sexual de la persona y en su conducta sexual.
La sexualidad, como se puede deducir de las definiciones anteriores es un proceso que comienza en la fecundación. Durante la etapa embrionaria los elementos diferenciales se van estructurando y reestructurando y así se conforman los genitales externos e internos. Posteriormente, este proceso de diferenciación continua fundamentalmente a causa de condicionamientos socioculturales, de su propio proyecto de vida que depende de la identificación de determinados modelos, de la información que reciba, de los roles que realiza. La sociedad alienta formas diferenciadas de expresión de sentimientos, de valores de comportamientos , etc.
El hombre y la mujer van viviendo su propio sexo de manera diferente, configurando la personalidad, manifestándola, constituyendo la “Sexualidad”, una dimensión vital del ser humano que se integra por lo cognitivo, lo afectivo, la influencia de la comunicación, y por las normas, valores y actitudes sociales.
En la sexualidad convergen factores de diferentes tipos, tanto antropológicos como filosóficos, biológicos, sociológicos sin olvidar los éticos morales. Esto hace muy difícil realizar una síntesis acertada y coherente.
Existe desde que el hombre descubre la manera de expresarse, testimonio del interés y curiosidad que la sexualidad y la reproducción despertaban y aunque inicialmente la civilización utilizaba la sexualidad como medio de propagar la especie humana, muy pronto se desarrollaron prácticas religiosas tribales y leyes encaminada a promoverla y controlarla. En diferentes épocas y en distintas sociedades cuando el número de supervivientes ponía en peligro los recursos naturales de alimentación, las medidas contraceptivas eran complementarias con el aborto y el infanticidio para combatir la sobrepoblación. Ejemplos de lo anterior lo encontramos en la fase inicial del arte paleolítico, cuando se pintaban diosas de la fertilidad como mujeres gestantes, o mujeres dando a luz bien sentadas (Turquía), de rodillas (Abisinia) o en presencia de los habitantes del poblado (Kamchstka). En Egipto, a los hombres se les permitía tener muchas parejas sexuales, pero la sexualidad de las mujeres era reprimida y consideraban a éstas como propiedad de valor sexual y reproductivo. En el Código de Hammurabi y en el pueblo hebreo se menciona la frecuencia y el momento de las relaciones sexuales. Griegos y romanos consideraban el placer sexual como el mayor de los bienes de la humanidad, y muchas prácticas sexuales consideradas en otras épocas como perversiones, eran normales entre ellos y se entendían como formas de amor. A veces el comercio del sexo estaba vinculado con los templos, y eran toleradas las relaciones sexuales entre varones adultos y adolescentes. Ya desde la antigüedad se conocían pócimas que se utilizaban como anticonceptivos de barrera y como espermicidas. En Egipto eran populares los excrementos de cocodrilo o de elefante y también se empleaban pesarios de miel con excrementos del árbol de acacia que contiene goma arábiga y ácido láctico, cuyo conocimiento actual nos enseña el efecto espermicida que tienen.
Estos ejemplos nos indican las manifestaciones de la sexualidad en distintas culturas y el deseo de no asociar sexualidad con reproducción en otras.
Quintana, J.M. (1999) escribe: “La sexualidad humana tiene la facilidad propia del instinto, pero ofrece la dificultad de un valor que ha de ser construido a través de complicadas facetas psicológicas y personales. Por si esto fuera poco, reviste notables diferencias en el hombre y la mujer, cosa que todavía complica más el asunto. La cultura social, a través de tabués y represiones por un lado, y el desenfreno y abusos por otro, aviva el fuego del deseo, al cual echan leña, hoy día, unos medios de comunicación social grandemente erotizados. En todo este desconcierto el instinto sexual humano, muy indeterminado ya de por sí, acaba siendo lo que entre todos los hacen, a menudo algo bastante distinto de un originarios impulso natural”
Es fácil acceder a la sexualidad si sólo lo entendemos de un modo fisiológico o animal, pero lo que intentamos que nuestros alumnos aprendan es una sexualidad humana respetuosa con la ética, a la vez satisfactoria y digna, como causa y consecuencia de la felicidad de la pareja.
Hoy día se reivindica la función del sexo como expresión afectiva, como expresión de una relación entre personas, como expresión de amor y amistad.
¿POR QUÉ LA EDUCACIÓN AFECTIVO SEXUAL DEBE DE ENSEÑARSE EN LA ESCUELA?
Todo aprendizaje supone un proceso de socialización Una socialización que le permitirá compartir normas y valores con las demás personas de su entorno, evitando la conflictividad que podría suceder si estas no existiesen. Está patente y nadie duda, que la educación es algo más que la socialización, pero ésta es muy importante para convivir.
Los ámbitos en el que un niño recibe todo aprendizaje son sin lugar a dudas aquellos en los que él se desenvuelve y en los que día a días se relaciona. Son: la familia, la escuela y la sociedad. Y la educación debe de venir por estos tres cauces.
El ser humano nace en el seno de una familia transmitiendo valores, roles, pautas de acción, actitudes, información... Y sin proponérselo, de manera no intencional, de manera vicariante. En un principio era la familia el único agente socializador, en ella se aprendía a vivir y a convivir con los demás miembros de la tribu. Pera la sociedad se fue profesionalizando, las relaciones humanas complicando y ya no era posible transmitir todos lo saberes a la siguiente generación Se fue haciendo necesario preparar personas que cumpliesen el papel desempeñado antes por la familia y así surge la escuela. Hoy es ésta una institución establecida para coayudar a la familia en el derecho de educar a los hijos. Muchas familias quieren, pueden, pero a veces no saben transmitir los aprendizajes necesarios para la vida. En ocasiones quieren, saben pero no pueden, y en otras, no quieren, ni pueden ni saben. Y la escuela debe de formar en todos los aspectos para satisfacer el derecho a la educación que tiene todo ser humano.
La socialización consiste en una interiorización de normas y valores, de creencias, de pautas de conducta. La familia, el grupo de iguales y la escuela se conoce como la socialización primaria, la enculturación, a diferencia de la aculturación que se produce por los llamados grupos secundarios como con la iglesia, el club, los medios de comunicación.
La asunción de valores, actitudes, creencias, se realiza en buena parte por vía emocional y como efecto de vivirla. Nadie duda del efecto que ejerce la familia, la escuela el grupo de iguales en lo que el niño piensa y sienta sobre la sexualidad. Hasta hace pocos años era un tema prohibido en la escuela; hoy es un tema prescriptivo que debemos abordar sin tapujos, con vocabulario científico, de forma natural, como cualquier contenido de enseñanza.
Pero además, al tener escolarización obligatoria hasta los 16 años, la escuela se convierte en el agente socializador por excelencia en la época en que despierta su interés por estos temas. En ella se forman los grupos de iguales, dónde las decisiones, las posturas ante situaciones, los valores, se han ido formando y haciéndolas propias.
Por otra parte, los dedicados a la educación debemos conocer el currículo que debemos enseñar y en éste se contemplan los siguientes objetivos:
1º Formarse una imagen ajustada de sí mismo, de sus características y posibilidades y desarrollar actividades de forma autónoma y equilibrada, valorando el esfuerzo y la superación de las dificultades.
2º Relacionarse con otras personas y participar en actividades de grupo con actitudes solidarias y tolerantes superando inhibiciones y prejuicios, reconociendo y valorando críticamente las diferencias de tipo social y rechazando cualquier discriminación basada en diferencias de raza, sexo, clase social, creencias y otras características individuales o sociales.
3º Conocer y comprender los aspectos básicos del funcionamiento del propio cuerpo y de las consecuencias para la salud individual y colectiva de los actos y las decisiones personales y valorar los beneficios que suponen los hábitos del ejercicio físico, de la higiene y de una alimentación equilibrada, así como llevar una vida sana

Los argumentos hasta ahora expresados para educar en la escuela sobre este tema son:
1º Mejorar la calidad de la enseñanza
2º Fomentar nuestra formación como profesionales de la educación
3º Potenciar la investigación desde la práctica educativa, favoreciendo actitudes creativas, novedosas que permitan una mejora educativa
4º Desarrollar este tema transversal utilizando un vocabulario correcto, ofreciendo información clara, concisa y completa, desarrollando valores como la tolerancia y solidaridad , eliminando actitudes discriminatorias hacia ciertas conductas y enfermedades
5º Educar para formar un proyecto de vida a los alumnos, un proyecto que guíe su conducta, que le identifique en todo momento
6º Ayudarles a configurar la sexualidad en esta época especialmente conflictiva de su vida como es la adolescencia
7º Eliminar mitos y tabúes de los alumnos detectados por los profesores al analizar los conocimientos previos
8º Evitar posibles frustaciones debidas a un falso entendimiento del tema
9º Formar personas desarrollando todas las capacidades, personas crítica, maduras.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Clasificación de valores en Ortega y Gasset

diferencia entre Sinodo y Concilio

Diferencias y semejanzas entre el Bautismo de Juan Bautista y Jesús