¿Dónde están los pensadores creyentes?" de Juan García Inza
En un artículo de Juan García Inza se preguntaba: ¿Dónde están los filósofos creyentes, los intelectuales, los pensadores?
Afirma que hay crisis de estos pensadores y que hay un libro títulado “Cuatro Filósofos en busca de Dios” de Alfonso López Quintas que ofrece el pensamiento de cuatro grandes: Unamuno, Edith Stein, Guardini y García Morente.
En el artículo de García Inza escribe:
“Dice el profesor que se afirma con cierta frecuencia que creer en un Ser Supremo y vivir conforme a la fe es, definitivamente, una cosa del pasado. Muchos lo dan por supuesto sin más comentarios. Y el problema muchas veces está en no poner en marcha los recursos de la mente para pensar un poco más, ir más allá, profundizar más en serio. Puede que dé un poco de pereza, o falte estímulo ante el desinterés de un mundo apático e inhibido. Algunos piensan que es más rentable, como afirma L. Quintás, quedarte instalado en una medianía, sin complicaciones, ir tirando y viviendo de las rentas aprendidas en su momento. ¿Quién se atreve hoy a enfrentarse a un público hostil que llena muchas aulas de nuestros centros de enseñanza? ¿Quién es el valiente que en un debate televisivo se decida defender a Dios, o cualquiera de las verdades acogidas en las páginas del catecismo más elemental? Nos da vergüenza, nos acomplejamos, hasta el punto que el que se lanza al ruedo llama la atención, se convierte en noticia, y se lleva todos los palos”.
Afirma que hay crisis de estos pensadores y que hay un libro títulado “Cuatro Filósofos en busca de Dios” de Alfonso López Quintas que ofrece el pensamiento de cuatro grandes: Unamuno, Edith Stein, Guardini y García Morente.
En el artículo de García Inza escribe:
“Dice el profesor que se afirma con cierta frecuencia que creer en un Ser Supremo y vivir conforme a la fe es, definitivamente, una cosa del pasado. Muchos lo dan por supuesto sin más comentarios. Y el problema muchas veces está en no poner en marcha los recursos de la mente para pensar un poco más, ir más allá, profundizar más en serio. Puede que dé un poco de pereza, o falte estímulo ante el desinterés de un mundo apático e inhibido. Algunos piensan que es más rentable, como afirma L. Quintás, quedarte instalado en una medianía, sin complicaciones, ir tirando y viviendo de las rentas aprendidas en su momento. ¿Quién se atreve hoy a enfrentarse a un público hostil que llena muchas aulas de nuestros centros de enseñanza? ¿Quién es el valiente que en un debate televisivo se decida defender a Dios, o cualquiera de las verdades acogidas en las páginas del catecismo más elemental? Nos da vergüenza, nos acomplejamos, hasta el punto que el que se lanza al ruedo llama la atención, se convierte en noticia, y se lleva todos los palos”.
Comentarios
Publicar un comentario