Justificación para profundizar en la educación
El otro día observé a un niño pequeño, al que le habían regalado un juguete. Era un coche de pilas, teledirigido. El padre estaba entusiasmado, cogía la palanca, y el coche giraba, retrocedía,... Cuando el niño pudo por fin cogerlo, lo destripó, sacó las piezas, supongo que para ver que había en el interior. Intentó buscar, satisfacer su curiosidad. Y eso es para mí la investigación, es entender lo que nos rodea, buscar una explicación, analizar de forma científica, con un método, sistemáticamente, todo aquello por lo que sentimos curiosidad.
A mí siempre me ha atraído analizar las causas por las que el hombre actúa de una manera y no de otra, como influye lo que piensa en lo que hace, en lo que dice, cuales son los sentimientos, que manifiesta, en definitiva, siempre me he inclinado a mirar al hombre como persona. Y por eso mi tesis doctoral la centré en los Valores.
Los profesionales de la enseñanza estamos recibiendo mensajes alarmantes sobre el fracaso escolar que algunos lo sitúa en torno al 40%. Este dato preocupa a educadores, y a todos los que tienen responsabilidad sobre este tema, no sólo los programadores o los que legislan las finalidades u objetivos de la educación, sino a los padres y a los propios alumnos.
En los años que llevo dedicada a la enseñanza, yo no he encontrado alumnos fracaso, sino alumnos con deficiencias psíquicas, motórica, sensoriales, niños con distintas capacidades, diversas motivaciones, expectativas variadas, diferentes maneras de pensar y de actuar, de estilos de vida. Cuando apreciaba desfase entre lo esperado y lo conseguido siempre había causas que los justificaban. En resumen, con distintas jerarquías de valores.
Es necesario partir del alumno, de sus conocimientos previos, de sus valoraciones, de sus creencias, de las normas que tiene interiorizados para poder construir un aprendizaje significativo.
Estas ideas centrales:
1º No hay alumnos fracaso
2º Debemos partir del propio alumno y sus motivaciones
son las ideas que justifican el trabajo en el que llevo varios años interesada.
A mí siempre me ha atraído analizar las causas por las que el hombre actúa de una manera y no de otra, como influye lo que piensa en lo que hace, en lo que dice, cuales son los sentimientos, que manifiesta, en definitiva, siempre me he inclinado a mirar al hombre como persona. Y por eso mi tesis doctoral la centré en los Valores.
Los profesionales de la enseñanza estamos recibiendo mensajes alarmantes sobre el fracaso escolar que algunos lo sitúa en torno al 40%. Este dato preocupa a educadores, y a todos los que tienen responsabilidad sobre este tema, no sólo los programadores o los que legislan las finalidades u objetivos de la educación, sino a los padres y a los propios alumnos.
En los años que llevo dedicada a la enseñanza, yo no he encontrado alumnos fracaso, sino alumnos con deficiencias psíquicas, motórica, sensoriales, niños con distintas capacidades, diversas motivaciones, expectativas variadas, diferentes maneras de pensar y de actuar, de estilos de vida. Cuando apreciaba desfase entre lo esperado y lo conseguido siempre había causas que los justificaban. En resumen, con distintas jerarquías de valores.
Es necesario partir del alumno, de sus conocimientos previos, de sus valoraciones, de sus creencias, de las normas que tiene interiorizados para poder construir un aprendizaje significativo.
Estas ideas centrales:
1º No hay alumnos fracaso
2º Debemos partir del propio alumno y sus motivaciones
son las ideas que justifican el trabajo en el que llevo varios años interesada.
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