Las religiones en el mundo occidental

Las religiones en la sociedad occidental

La Modernidad en las sociedades occidentales mató al Dios mítico confundiendo el nivel mítico de la inteligencia espiritual con la propia inteligencia espiritual. Una sociedad cuanto más moderna más secular afirmaban los modernistas. Esto produjo represión de los impulsos espirituales y rechazo de todo lo trascendente, o bien al contrario, una fijación de esos impulsos y la guerra a toda la ciencia.
En algunas partes de este mundo, el siglo XXI ha traído la llamada “cultura light” en las que no sólo se refiere a los productos consumidos, sino a la aparición de un hombre sin valores, mejor dicho, de un hombre que ha cambiado los valores tradicionales, aquellos afirmados como propios, por otros, que en ocasiones se vuelven en contra del hombre.
Una de las características de esta sociedad es el relativismo que anula la verdad absoluta, defendiendo lo útil y lo práctico, junto al hedonismo y una sexualidad trivializada, el consumismo presente en todos lo ámbitos de la vida, convirtiendo al ser humano en objeto, desapareciendo el aspecto espiritual. La proliferación de sectas, la aparición de las nuevas metas del hombre hacen que la religión tradicional no sea creíble para este hombre light. Por otra parte el hombre actual es permisivo y esta permisividad también se ha introducido en el campo de lo sagrado. Se ha producido una metamorfosis de lo sagrado , aplicandose este término a otros ámbitos de la vida.
Esta actitud está presente en todas las religiones, intesificándose más en la sociedad occidental.
Entre algunos análisis recientes se puede destacar dos libros porque ofrecen una perspectiva interesante. Flynn realiza una buena síntesis de ellos. El primero que expone es FutureCast: What Today's Trends Mean for Tomorrow World, escrito George Barna, escritor fundador del Barna Research Group, basado en numerosas encuestas de opinión en Estados Unidos. Expone los siguientes resultados: la pertenencia religiosa se ha mantenido muy estable, con un 84% de personas que se consideraban cristianos en 1991 y un 85% en el 2010, pero observaba, que aunque se decían creyentes, muchos utilizaban este título sin el respaldo de una práctica religiosa. Por ejemplo, sólo el 45% creían firmemente que la Biblia acierta totalmente con los principios que enseña. Esta cifra disminuye hasta el 30% para los nacidos de 1984 en adelante y sólo el 34% de los adultos creen en público que hay una verdad moral absoluta, con apenas una variación del 3% para los nacidos en 1984 o después de esa fecha.
Barna señala también que sólo la mitad de los adultos pertenecientes a una iglesia cristiana afirma estar comprometido de modo profundo con su fe cristiana. Muchos de los encuestados se consideraban espirituales pero no religiosos, casi una cuarta parte de los adultos, pero el porcentaje de esta opinión era mucho más alta en los más jóvenes. La asistencia a misa, según el autor, ha permanecido constante en los últimos 20 años con un porcentaje alrededor del 40-45 % de los que afirman pertenecer a la religión católica.
Un dato desconcertante es el aumento de formas alternativas de iglesia, iglesia hogar o cyberiglesias, junto al trasvase de fieles a distintas tradiciones religiosas, siendo la católica la gran perdedora. En resumen, se puede decir de este estudio que, aunque permanece contante el número de americanos que se autodefinen como cristianos, un gran número ni practica, ni conoce el significado de serlo, no se compromete con sus creencias, y cambia de tradición religiosa según sus circunstancias sin plantearse problemas de identidad.
El otro trabajo es el del profesor de sociología de la Universidad de Notre Dame, Christian Smith, Lost in Transition: The Dark Side of Emerging Adulthood. Se trata de una investigación con personas de 18-23 años, o lo que se conoce en sociología como adultos emergentes. Los rasgos sociológicos de estos jóvenes, rasgos distintivos, eran: enseñanza superior, retraso en la edad de casarse, dificultad de empleo, apoyo de los padres económicamente, relaciones sexuales con control de natalidad, gran subjetivismo y relativismo moral en la mayoría debido a la escasa formación en cuestiones morales y en un tercio de ellos acusa un fuerte relativismo y descenso de la religión institucionalizada.
Estos datos podrían dar una visión falsa si se quieren extrapolar a Europa, ya que en una encuesta publicada en Pew Research Center: HomeSurvey ReportsThe American-Western European Values Gap de 2011, se evidencia unas diferencias significativas entre los países. Los valores estadounidenses difieren de los europeos en muchos aspectos, ya que estos son más individualistas y religiosos que los europeos occidentales.

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