Teología del Bautismo en Lutero

Teología del Bautismo en el pensamiento de Martín Lutero.


No sistematizó en ninguna parte de su obra la doctrina del bautismo, debiéndose a Melancton la síntesis de su obra. Se enfrentó a la Iglesia católica, en la que abandera la eficacia de la fe en los sacramentos (1517-1523) y el frente anabaptista (desde 1523) que le hacen perfilar sus declaraciones de los sacramentos y el bautismo.

Considera al bautismo el sacramento fundamental, pero el único sacramento que salva es la Palabra de Dios, siendo el verdadero bautismo la fe.


Anabaptitas
Los anabaptitas resaltaban la palabra sobre el sacramento, no admiten el pecado original y por tanto, no hay que bautizar a los niños.
Piensan que quien ha recibido el bautismo sin fe debe ser rebautizado.

Lutero
Distingue en el bautismo: la substancia (fundamento) y el uso (eficacia)
La sustancia es la Palabra de Dios. Ésta basta para conferir un bautismo válido en sí, y por tanto, no hay que renovarlo. El uso depende de la fe o de la incredulidad.

Mantiene la validez y la práctica del bautizo de los niños porque “salvaguarda la absoluta gratuidad de la salvación, la independencia de la gracia divina, en relación con todo comportamiento humano, y la noción más pura del sacramento – promesa.



Los catecismos de 1529: En el catescismo Mayor afirma que el bautismo ha sido instituido por Dios, e incluso ha mandado recibirlo para ser salvados. El bautismo opera la salvación, la victoria sobre el diablo y la muerte, la remisión de los pecados, la gracia de Dios, Cristo entero y el E.S con sus dones. En el Catecismo Menor indica: “Si la palabra está unida al agua, el bautismo es un verdadero sacramento, aún sin la fe, pues la fe no hace el bautismo, sino que lo recibe”. Lutero acepta el bautismo de niños (no tanto como sacramento, sino como una solemnidad eclesial) y condena el rebautizar El pecado permanece en el bautizado; sólo que está colocado bajo otro dominio, bajo el señorío del Evangelio y de la gracia, por lo cual los pecados no se le imputan.

El bautismo presenta un carácter escatológico. Atribuye al bautismo la justificación, que consiste ante todo en el perdón del pecado, entendido más como muerte que como lavado. Para él hay identidad entre el signo y la acción salvífica. Lutero no aclara la relación entre la eficacia sacramental y la eficacia de la fe.

Niega la sacramentalidad de la confirmación, porque no existe formulación en el nuevo Testamento. Sólo sirve para que los niños confirmen su fe.

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