Tiempo de Dios. Olegario González de Cardedal

Una de las responsabilidades fundamentales de los países de cristiandad es pasar de una religión de herencia social a una religión de elección personal.
Desde la década de los 60 a los 80 se dieron cuatro revoluciones como ha sido la sexual, la religiosa con el concilio, la cultural con la revolución del 68 y la política con la democracia. Esto repercutió en la sociedad, dando lugar a la secularización, y en el individuo con la secularización de la conciencia. Lo más grave de estas consecuencias fue unir la política progresista a principios antirreligiosos y la reacción de los cristianos debe ser el dialogo desde los principios del concilio Vaticano II, porque el cristiano es un ciudadano más en la sociedad en la que está insertado. Después de realizar un juicio sobre las tesis de secularización y privitazación de la religión, Don Olegario expone las responsabilidades actuales y desafíos comunes de la religión y la sociedad siguiendo las palabras de Benedicto XVI. Su pensamiento se basa en la defensa de la libertad frente a la riqueza, a las ideologías, las religiones y sistemas políticos,; defensa del derecho contra la violencia del fuerte frente al débil , la anarquía o la injusticia,; defensa de la persona frente a su destrucción y defensa de la familia frente a la negación. “Cuando se niega a Dios, se disuelve la dignidad del hombre”.


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