Fases de los padres ante un hijo con discapacidad






Artículo en la Revista Electrónica Medicina, Salud y Sociedad Vol. 5, No. 1 (sept-dic) 2014, de Alcíbar-Sánchez B.1 Amador-Velázquez R.titulado Proceso de ajuste emocional de padres cuyos hijos presentan algún tipo de discapacidad

En este artículo se presenta las fases por las que los padres pasan al enterarse de que su hijo tiene un problema


Kübler Ross plantea que existen cinco etapas por las que pasan las personas
ante cualquier pérdida, como en este caso sobre la noticia de la discapacidad:

1. Negación: “Me siento bien."; “Estamos bien”, "Esto no me puede estar pasando" .
Se conservan la esperanza de que pueda existir algún error en el diagnóstico. El inconsciente lo maneja como una defensa temporal que puede ser reemplazada por una aceptación parcial. Y en el peor de los casos, se conserva la negativa a aceptar la realidad, los padres insisten en que el problema puede desaparecer por si solo, con tratamiento o incluso negar que existe, pueden rechazar cualquier apoyo y desde luego intentan tratar “normal” o empiezan a buscar diversos diagnósticos hasta encontrar uno donde les digan que todo está bien y que solo fue un error
.
2. Ira: "¿Por qué a mí? ¡No es justo!", "¿Cómo me puede estar pasando esto a mí?"
En esta etapa los padres sienten envidia de las personas que les rodean, envidian su salud y la de sus familias, pueden agredirse mutuamente, o alguno de ellos puede culpar al otro por la problemática del niño. En ocasiones también rechazan al menor con alguna carga agresiva hacia este. Generalmente, el enojo es desplazado hacia el médico, la religión o la vida. La mayoría de las veces se acompaña de sentimientos de culpabilidad o vergüenza. Estos sentimientos pueden extenderse a los hermanos que llegan a sentirse culpables de ser sanos o con rabia ante el “enfermo” (el que presenta discapacidad) por recibir mayor atención por parte de los padres.

3. Negociación: “Déjame vivir para ver a mi hijo.", "Haré cualquier cosa para que mi hijo sane", “Ayúdame Dios y te prometo que ...”
En esta etapa se involucra la esperanza de que el niño puede tener una posibilidad de “curarse” con algún tratamiento y empiezan a realizar pactos con sus seres divinos (creencias), aún no se acepta completamente el problema del niño, sin embargo, los padres se muestran abiertos al diálogo y a la negociación con el médico y con el niño. En la negociación se llega al grado de plantear “hacer” cualquier cosa para que Dios “sane” la discapacidad.

4. Depresión: "Estoy tan triste, ¿por qué hacer algo?"; "No va a cambiar la situación de mí hijo, ¿Qué sentido tiene?". ¿Por qué seguir?"
Cuando los padres reflexionan la situación del niño dentro del contexto familiar y social, aparecen conductas de agotamiento físico y mental, falta de apetito, apatía, aumento en las horas de sueño, aflicción por la situación de sus hijos, síntomas de depresión que se agudizan ante el sentimiento de soledad por el aislamiento, que produce el sentirse diferente, rechazado y/ o incomprendido, cada padre vive su depresión a su manera.

5. Aceptación: "Todo va a estar bien.", " Debería prepararme para esto."
La etapa final llega con la paz y la comprensión de la situación que enfrentan, puede ser parcial o total y puede durar mucho tiempo o bien, se presentan épocas de crisis. Alguna de las fases anteriores puede volver a aparecer, hasta que la persona reconozca y acepte la situación. Hasta no llegar a esta etapa, es imposible alcanzar el equilibrio necesario para poder hablar de un duelo superado.



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