Uso de los medios de comunicación por la iglesia







Los medios de comunicación pueden ser beneficiosos o perjudiciales tanto para el individuo como para la sociedad. Es muy positivo los amplios contenidos de información, la rapidez, la universalidad, la forma inmediata que está convirtiendo al mundo en una aldea global.
Sobre los medios de comunicación en general, las enseñanzas y valoraciones de la Iglesia son abundantes, desde el documento conciliar “Inter Mirifica” en 1963, (decreto conciliar aprobados durante el Concilio Vaticano II), sobre los medios de comunicación social, en el cual se enfatiza que las personas, en especial los miembros de la Iglesia, deben mantener cierto nivel de integridad y responsabilidad en la presentación y distribución de noticias, el reportero tiene el compromiso de decir la verdad y las personas que ven las noticias tienen la obligación de comprobar la fiabilidad de la fuente, que sea confiable y que provea de una visión moral adecuada, pasando por los mensajes anuales para las jornadas dedicadas precisamente a la comunicación social (el primero es de Pablo VI y data de 1967) hasta la Carta Apostólica de Juan Pablo II, “El rápido desarrollo de los medios de comunicación”, del 24 de enero de 2005.
La utilización de Internet en particular también ha merecido la atención del Magisterio. Fruto de esa consideración son los documentos del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales “Ética en internet” y “La Iglesia e internet”, ambos del 28 de febrero de 2002.

Juan Pablo II en el Mensaje para la XXXIV Jornada Mundial de la Paz, n. 11 afirma que el diálogo y el enriquecimiento intercultural es deseable y ha entendido que la sociedad actual ya no puede pensarse sin los medios de comunicación.
El Papa insistió en muchas ocasiones sobre este tema, y la nueva evangelización tiene en cuenta el influjo de los medios sobre la religión.
Benedicto XVI también se ha ocupado de esta nueva cultura de la comunicación, cuidando de no banalizarlo y de no convertirlo en obsesivo. En el año 2010, Benedicto XVI creó el Consejo Pontificio para la promoción de la nueva Evangelización con la tarea principal de reevangelizar los países que viven una progresiva secularización, un eclipse del sentido de Dios, y buscar los medios adecuados para volver a proponer el Evangelio. En el siglo XXI, siglo dominado por la imagen y la comunicación digital, la
. También el Papa ese mismo año, 2010, se ocupó sobre el papel del sacerdote en el mundo digital, pidiéndoles la capacidad de participar en este mundo en constante fidelidad al mensaje del Evangelio, para ejercer su papel de animadores de comunidades que se expresan cada vez más a través de las muchas «voces» surgidas en el mundo digital. “Deben anunciar el Evangelio valiéndose no sólo de los medios tradicionales, sino también de los que aporta la nueva generación de medios audiovisuales (foto, vídeo, animaciones, blogs, sitios web), ocasiones inéditas de diálogo e instrumentos útiles para la evangelización y la catequesis”. También especifica la acción del sacerdote para transmitir la palabra de Dios en estos medios. El día 5 de junio del 2011, volvió a incidir sobre esta presencia de la Iglesia en el mundo digital pidiendo coherencia.

Documentos de la iglesia que avalan esta postura:

Cf. “Mensaje para la XIV Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales”, 1-V-80, L’Osservatore Romano, 18-V-80; “Alocución dominical”, 18-V-80, en L’Osservatore Romano, 25-V-80; “Encuentro con los representantes de los medios de comunicación social”, Hiroshima 25-II-81, L’Osservatore Romano, 8-III-81; “Discurso a la Asamblea Plenaria del Pontifico Consejo para las Comunicaciones Sociales”, 15-III- 81, L’Osservatore Romano, 15-III-81; “Discurso a los periodistas católicos de Bélgica”, 1-XII-82, L’Osservatore Romano, 26-XII-82; “Mensaje a la Asamblea mundial sobre el problema del envejecimiento de la población y sus consecuencias”, Viena 22-VII-82, L’Osservatore Romano, 22-VIII-82; “Discurso a la Asociación italiana de radioescuchas y telespectadores”, 17-IV-82, L’Osservatore Romano, 8-VIII-82; “Discurso a la Unión Católica de la Prensa Italiana”, 14-II-83, L’Osservatore Romano, 17-IV-83; D”iscurso a los representantes de los medios de comunicación social”, 16-VI-84, L’Osservatore Romano, 8-VII-84; “Discurso a los periodistas con ocasión del Jubileo de la Redención”, 27-I-84, L’Osservatore Romano, 5- II-84; “Mensaje para la XIX Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales”, 15-IV-85, L’Osservatore Romano, 5-V-85; ““Discurso a los representantes de la Unión Católica de la Prensa Italiana y de la Asociacion de Prensa en Roma”, 28-II-86, L’Osservatore Romano, 13-IV-86; “Mensaje para la Cuaresma”, 12-II-1986, L’Osservatore Romano, 16-II-86; Mensaje para la XXI Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales”, 24-I-87, L’Osservatore Romano, 8-II-87; “Discurso a la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia”, 17-XI-88; “Mensaje para la XXII Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales”, 24-I-88, L’Osservatore Romano, 7-II-88; “Discurso a las personalidades del mundo empresarial que trabajan en el campo de las comunicaciones sociales en los Estados Unidos”, Los Ángeles 15-IX-87, L’Osservatore Romano, 18-X-87; Carta Encíclica Redemptoris Missio, 7.XII.1990;“Discurso a la Asamblea plenaria del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales”, 24-II- 89, L’Osservatore Romano, 12-III-89.
Mensaje para la XLV Jornada Mundial de la Comunicaciones.



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