Libertad de y libertad para en González de Cardedal







España ha pasado de una uniformidad en la sociedad a una pluralidad, es decir, en una situación en que el derecho, la moral, la religión estaban unificados en la legislación, a una separación total, creando confusión en muchos de estos ámbitos, porque de pensar que todo lo legal era válido, al separarse se pasó a una desmoralización, no solo en el sentido moral, sino en no saber a que atenerse.
El ejercicio de la libertad en estos últimos años se ha vivido obvien como añoranza o bien como utopía, sin establecer la situación intermedia entre estos dos extremos. OGC afirma que hay que recupera, alimentar y proyectar la realización de la libertad desde una real memoria y desde una real esperanza, libertad de y libertad para.
En la Carta a los Tesalonicenses se lee:"Os habéis convertido de los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero". Una salida y una meta, una libertad de salir de los ídolos y una libertad para servir a Dios. El profesor en Oxford, Isaiah Berlin hablaba de libertad negativa y de libertad. En su libro Cuatro ensayos sobre la libertad Primera edición, 1988. Primera reimpresión, madrid, 1993, explica las diferencias entre ambas.
Manuel Cabello en mayo de 2009 escribe en www.filosofia,mx un artículo titulado La Libertad de Isaiah Berlin en el Centenario de su nacimiento

Entiende Berlin el contenido de la libertad negativa como aquello que responde a la pregunta:

¿cuál es el área dentro de la cual se debería dejar al sujeto hacer lo que quiere?

En este sentido han entendido la libertad los modernos, desde Erasmo –o aun desde Ockham– hasta nuestros días. Es la libertad de los derechos individuales, la que permite el desarrollo de la propia personalidad, ideas e inclinaciones, sin coacciones externas.

Los filósofos optimistas, como John Locke o Adam Smith, no ven dificultad alguna en hacer compatible el orden y el progreso social con el máximo de libertad negativa. Los pesimistas –Hobbes es el prototipo– tenderán a reducirla al mínimo, con el fin de evitar la autodestrucción de la sociedad que seguiría como consecuencia inevitable de las luchas entre los hombres.


¿Dónde se sitúa Berlin en esta escala de optimismo-pesimismo?

Con su ponderación habitual, es consciente de que la renuncia a cualquier interferencia externa sobre la libertad negativa conduciría a situaciones sociales de injusticia y desigualdad insostenibles. Al mismo tiempo, da la razón a Stuart Mill al afirmar que el intervencionismo excesivo produce sociedades grises que aplastan la originalidad de los individuos.

La libertad positiva, que ya conocieron los antiguos, deriva del deseo de cada individuo de ser dueño de sí mismo. Responde a la pregunta: ¿quién ejerce el poder? Esta libertad ha adoptado diversas modalidades. En el terreno personal, sugiere ya la existencia de un hombre en lucha consigo mismo, en el que una parte de su yo debe controlar la otra. En la vida social y política, se identifica con la lucha por conseguir la soberanía. Con expresión sintética, es la libertad para; mientras que la negativa es la libertad de.



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